Ita Ford, la misionera de La Bandera
La hermana Ita Catherine Ford nació en Brooklin, Nueva York, el 23 de Abril de 1940, decidió seguir su camino en la vida religiosa optando por las Hermanas de Maryknoll. Siguiendo su vocación misionera llegó a Chile en 1972. Se instaló en población La Bandera, en la Zona Sur de Santiago, en una casita junto a sus hermanas de comunidad.
Una poblador de La Bandera recuerda “De Ita me impresionaba su capacidad de entrega, su alegría. Para todos tenia un chiste, una sonrisa. Su risa contagiaba. Pasaba de casa en casa, conversando cantando. No llegaba a las casas a hacer proselitismo religioso, sino a preocuparse de la gente. Poco a poco se fue metiendo, nos fue conquistando. Así fuimos formando las comunidades”
Durante 8 años la figura pequeña y delgada de Ita, con su bolso de lana artesanal, corriendo de un lugar a otro, visitando casa por casa, fue una imagen muy presente en “La Bandera”.
En marzo del 80 partió a trabajar al El Salvador. Cuando sus superiores pidieron voluntarias para ayudar a los pobres de El Salvador, ella se ofreció. No se podía negar, quería compartir de cerca las angustias y esperanzas de ese pueblo. Esa decisión la llevo a vivir en carne propia el camino de Jesús; la tortura y posterior muerte. Por eso siguió la misma suerte de muchos campesinos, obreros, estudiantes y mujeres, el mismo camino del Arzobispo Oscar Romero. Murieron sirviendo a Cristo en los pobres. La hermana Ita junto a otras religiosas Maura Clarke, Dorothy Fastel y la misionera voluntaria Jean Donoran fueron secuestradas el 2 de diciembre del 80. Al día siguiente sus cuerpos aparecieron abandonados en las afueras del pueblo de Santiago Noguecito. Habían sido asesinadas con disparos en la nuca con un arma de alto poder.
En la Catedral de Santiago el obispo auxiliar Enrique Alvear señaló: “que estos mártires de la Iglesia son una bendición de Dios”. Luego leyó algunas reflexiones de la hermana Ita, esta se preguntó: “¿Donde está la buena nueva en todo el sufrimiento actual? Reflexionado sola y con otros veo a Chile experimentando profundamente el misterio pascual con la luz de la resurrección en el futuro. No podemos terminar los sufrimientos con puros deseos. Como Cristo tantas veces nos hemos preguntado con el pueblo: Padre, si es posible aparta de mi este cáliz. Sin embargo, parece que este cáliz no pasara sin que nosotros tomemos de él.”
Los pobladores de “La Bandera” llevaron a la Catedral un letrero que decía “la hermana Ita Ford murió asesinada por estar junto al pueblo”
Información sacada de un reportaje de la Revista Solidaridad de la Vicaría de la Solidaridad, nº 107.
Mas sobre Ita Ford, en inglés:
http://www.rtfcam.org/martyrs/women/ita_ford.htm
Comisión para la Verdad El Salvador, sobre el caso religiosas norteamericanas:
http://virtual.ues.edu.sv/ce/comision/caso_religiosas.html
Juicio en Estados Unidos y la historia de su hermano Bill Ford en la búsqueda de la vedad:
http://www.uca.edu.sv/publica/cartas/ci461.html#Misioneras
La hermana Ita Catherine Ford nació en Brooklin, Nueva York, el 23 de Abril de 1940, decidió seguir su camino en la vida religiosa optando por las Hermanas de Maryknoll. Siguiendo su vocación misionera llegó a Chile en 1972. Se instaló en población La Bandera, en la Zona Sur de Santiago, en una casita junto a sus hermanas de comunidad.
Una poblador de La Bandera recuerda “De Ita me impresionaba su capacidad de entrega, su alegría. Para todos tenia un chiste, una sonrisa. Su risa contagiaba. Pasaba de casa en casa, conversando cantando. No llegaba a las casas a hacer proselitismo religioso, sino a preocuparse de la gente. Poco a poco se fue metiendo, nos fue conquistando. Así fuimos formando las comunidades”
Durante 8 años la figura pequeña y delgada de Ita, con su bolso de lana artesanal, corriendo de un lugar a otro, visitando casa por casa, fue una imagen muy presente en “La Bandera”.
En marzo del 80 partió a trabajar al El Salvador. Cuando sus superiores pidieron voluntarias para ayudar a los pobres de El Salvador, ella se ofreció. No se podía negar, quería compartir de cerca las angustias y esperanzas de ese pueblo. Esa decisión la llevo a vivir en carne propia el camino de Jesús; la tortura y posterior muerte. Por eso siguió la misma suerte de muchos campesinos, obreros, estudiantes y mujeres, el mismo camino del Arzobispo Oscar Romero. Murieron sirviendo a Cristo en los pobres. La hermana Ita junto a otras religiosas Maura Clarke, Dorothy Fastel y la misionera voluntaria Jean Donoran fueron secuestradas el 2 de diciembre del 80. Al día siguiente sus cuerpos aparecieron abandonados en las afueras del pueblo de Santiago Noguecito. Habían sido asesinadas con disparos en la nuca con un arma de alto poder.
En la Catedral de Santiago el obispo auxiliar Enrique Alvear señaló: “que estos mártires de la Iglesia son una bendición de Dios”. Luego leyó algunas reflexiones de la hermana Ita, esta se preguntó: “¿Donde está la buena nueva en todo el sufrimiento actual? Reflexionado sola y con otros veo a Chile experimentando profundamente el misterio pascual con la luz de la resurrección en el futuro. No podemos terminar los sufrimientos con puros deseos. Como Cristo tantas veces nos hemos preguntado con el pueblo: Padre, si es posible aparta de mi este cáliz. Sin embargo, parece que este cáliz no pasara sin que nosotros tomemos de él.”
Los pobladores de “La Bandera” llevaron a la Catedral un letrero que decía “la hermana Ita Ford murió asesinada por estar junto al pueblo”
Información sacada de un reportaje de la Revista Solidaridad de la Vicaría de la Solidaridad, nº 107.
Mas sobre Ita Ford, en inglés:
http://www.rtfcam.org/martyrs/women/ita_ford.htm
Comisión para la Verdad El Salvador, sobre el caso religiosas norteamericanas:
http://virtual.ues.edu.sv/ce/comision/caso_religiosas.html
Juicio en Estados Unidos y la historia de su hermano Bill Ford en la búsqueda de la vedad:
http://www.uca.edu.sv/publica/cartas/ci461.html#Misioneras
2 comments:
Triste realidad, que al menos en mi caso, engendra un sentimiento profundo de reprobación a una generación completa de padres y abuelos que prácticamente asintieron a que atrocidades de esta naturaleza se hayan perpretado sin asumir con el valor que Jesús asume frente a las injusticias, el peso de ser una voz de denuncia; sentir que por cierto no es para nada recomendable engendrar pero se produce por la fuerza de aquella cruda realidad que cada día pasa al olvido en la memoria colectiva. Mis agradecimientos por compartir estas historias jamás contadas Boris.
Crimenes cometidos por militares. Asi sucedía en Venezuela, luego resultó que esos militares se sintieron comunistas, culparon de esos muertos a los políticos de entonces y aparecieron como justicieros.
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